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Contratos de prestación de servicios: Redacción, aspectos legales y gestión inteligente

contrato de prestacion de servicios

Los contratos son herramientas esenciales para ordenar y proteger cualquier relación profesional o comercial. Existen distintos tipos según la naturaleza de las partes: empresas, autónomos, particulares… y también según si la colaboración es puntual o continuada.

En este artículo nos centraremos en uno de los más habituales en el entorno empresarial: el contrato de prestación de servicios.

Te contamos todo lo que necesitas saber para redactarlo o revisarlo con seguridad. Tanto si ofreces servicios como autónomo, representas a una empresa o contratas a terceros para tareas específicas, conocer bien este tipo de contrato te ayudará a evitar malentendidos y proteger tus intereses. Y si además puedes gestionarlo de forma ágil con una solución digital para la gestión de contratos, ¡mucho mejor!

 

Índice:

 

¿Qué es exactamente un contrato de prestación de servicios?

Un contrato de prestación de servicios es un acuerdo legal entre dos partes, en el que una se compromete a realizar un servicio a cambio de una compensación económica. Es uno de los contratos más comunes en el ámbito profesional y empresarial.

Una de sus particularidades es que no necesariamente garantiza un resultado específico. Por ejemplo, cuando contratas a un abogado, no puede prometerte que ganará el juicio, pero sí está obligado a prestar sus servicios con profesionalidad y según lo pactado.

Para considerarse un contrato de prestación de servicios ha de tener estas características:

  • No se entrega un bien material sino que se realiza un servicio para obtener un objetivo determinado.
  • Recoge una serie de obligaciones y derechos entre ambas partes.
  • Incluye una compensación económica.

Marco legal aplicable en España

El contrato de prestación de servicios regula una colaboración profesional, pero no implica una relación laboral entre las partes. Por tanto, no se rige por el Estatuto de los Trabajadores, sino por otras normativas, dependiendo del caso.

En general, este tipo de contrato se regula por el Código Civil (especialmente en su forma de "arrendamiento de servicios"). Sin embargo, cuando ambas partes actúan como profesionales o empresas, el contrato puede tener carácter mercantil, y se aplica también el Código de Comercio.

Además, si una de las partes es una administración pública, entra en juego la Ley de Contratos del Sector Público, que impone requisitos y procedimientos específicos.

Un ejemplo práctico ayuda a entender esta diferencia:

  • Si un particular contrata a un abogado para un asunto personal, el contrato se rige por el Código Civil.
  • Si una empresa contrata puntualmente a un abogado o a una consultora para un servicio profesional, el contrato puede considerarse de naturaleza mercantil, ya que ambas partes actúan como profesionales.

La clave está en la naturaleza de las partes y en el contexto en que se celebra el contrato.

Elementos esenciales e indispensables en un contrato de servicios sólido

Como todo contrato, ha de incluir una serie de elementos sobre los términos y condiciones para que sea sólido, claro y garantice a ambas partes su seguridad. Esto es en lo que te deberías fijar principalmente: 

Identificación clara de las partes

Puede parecer obvio, pero es muy común olvidar datos clave. Además de identificar correctamente a las empresas implicadas con su CIF, es importante detallar quién firma en representación de cada una, incluyendo nombre completo, cargo y NIF.

Objeto del contrato: descripción precisa y exhaustiva del servicio

Cuanto más detalle tenga este apartado, mayor seguridad para todas las partes. Se ha de describir con el máximo detalle el objeto del contrato, el tipo de servicio que se presta o contrata, el objetivo del mismo y los medios por los que se va a llevar a cabo.

Duración y vigencia

Han de constar las fechas de inicio y del fin de la prestación del servicio. También conviene incluir si existen condiciones de renovación, posibilidad de prórroga automática o un periodo de vigencia definido.

Remuneración y condiciones de pago

Debe incluir el importe pactado, especificando si se trata de una cantidad con o sin impuestos. También es fundamental definir el método de pago, los plazos y, en caso de prórrogas, si las condiciones económicas se mantienen.

Obligaciones y responsabilidades de cada parte

Para evitar posibles conflictos se ha de evitar ambigüedades y recoger detalladamente cuáles son las obligaciones y responsabilidades de cada una de las partes y cómo actuar en posibles casos como demoras o incumplimientos.

Cláusulas específicas y recomendables (valor añadido)

Existen cláusulas adicionales que no son obligatorias, pero sí muy recomendables. Aportan seguridad jurídica y previenen conflictos. Algunas de las más habituales son:

  • Cláusula de confidencialidad.
  • Resolución anticipada del contrato.
  • Cesión de derechos o propiedad intelectual.
  • Penalizaciones por incumplimiento.
  • Fuerza mayor.
  • Legislación aplicable y fuero.
  • Subcontratación.
  • Mecanismos de resolución de conflictos.

Estas cláusulas enriquecen y refuerzan el contrato, aportando previsión y tranquilidad.

Tipos comunes de contratos de prestación de servicios

Los contratos de prestación de servicios son muy habituales en ámbitos profesionales y empresariales. Se utilizan para regular colaboraciones externas de todo tipo: desde consultores y técnicos, hasta educadores, proveedores o desarrolladores informáticos. Algunos de los más comunes incluyen:

  • Servicios profesionales: abogados, asesores fiscales, gestores administrativos o auditores que ofrecen conocimientos especializados.
  • Servicios técnicos: tareas relacionadas con la instalación, reparación o mantenimiento de equipos o sistemas.
  • Servicios de consultoría: apoyo estratégico o técnico en áreas como marketing, tecnología, organización o sostenibilidad.
  • Servicios de mantenimiento: contratos periódicos para conservar en buen estado equipos, instalaciones o software.
  • Servicios de suministro: prestación continua de productos o recursos, como materiales de oficina o alimentación para eventos.
  • Servicios de fabricación personalizada: producción de piezas, productos o componentes específicos por encargo.
    Servicios de educación o formación: clases, talleres o seminarios impartidos por profesionales o entidades externas.
  • Servicios informáticos: desarrollo, soporte técnico, gestión de sistemas o creación de software a medida.

Proceso de creación y negociación del contrato de servicios

Aunque cada caso es distinto, hay una serie de pasos comunes que suelen seguirse para garantizar que el acuerdo refleje fielmente lo pactado entre las partes.

  1. Identificación de la necesidad
    Todo empieza con una necesidad concreta: un servicio que la empresa no puede o no quiere asumir internamente. Es importante definir bien qué se necesita y hasta dónde debe llegar ese servicio.
  2. Elección del tipo de contrato adecuado
    En este caso hablamos del contrato de prestación de servicios, pero es esencial confirmar que esta es la figura correcta.
  3. Redacción del borrador
    Se elabora un primer documento que recoge los aspectos clave del acuerdo: objeto, duración, precio, obligaciones, y posibles cláusulas adicionales como confidencialidad, propiedad intelectual, etc.
  4. Negociación de los términos
    Ambas partes revisan el borrador, aclaran dudas, hacen observaciones y proponen ajustes.
  5. Modificaciones y ajustes finales
    Si surgen nuevas necesidades o condiciones, se incorporan al contrato. Aquí también es habitual incluir anexos o aclaraciones específicas.
  6. Acuerdo y revisión final
    Una vez ambas partes están conformes, se revisa el contrato con detenimiento para asegurarse de que todo lo pactado está correctamente reflejado.
  7. Firma del contrato
    El contrato se firma por ambas partes.
  8. Gestión de cambios o renovaciones
    Con el paso del tiempo pueden surgir cambios: ampliaciones de plazo, revisiones económicas, o finalización del servicio. Tener un sistema ágil de gestión documental ayuda a mantener todo bajo control.

¿Por qué es tan importante formalizar la prestación de servicios mediante un contrato?

Se da con mucha frecuencia que los acuerdos de prestación de servicios no se formalizan con un contrato, especialmente cuando un particular contrata a un profesional. Sin embargo, esta práctica puede dar lugar a malentendidos, incumplimientos y conflictos difíciles de resolver.

Cuando no hay contrato, todo depende de lo que cada parte recuerde haber acordado. Y eso, en caso de disputa, no es suficiente. Un contrato bien redactado evita sorpresas, protege a ambas partes y sirve como prueba legal sólida si algo no sale como se esperaba.

Formalizar el acuerdo por escrito no es desconfianza: es previsión.

La gestión documental inteligente de tus contratos de prestación de servicios

Firmar un contrato es solo el principio. Luego viene lo complicado: almacenarlo, localizarlo cuando lo necesitas, controlar sus fechas clave, renovaciones, vencimientos… Y ahí es donde entra en juego la tecnología.

Con un buen software de gestión de contratos, puedes automatizar tareas repetitivas, recibir alertas cuando un contrato va a caducar, centralizar todos los documentos y garantizar que siempre tienes la última versión accesible. En DocuWare, por ejemplo, integramos soluciones que permiten digitalizar todo el ciclo de vida contractual, desde la firma hasta la auditoría final.

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Preguntas frecuentes sobre los contratos de prestación de servicios

A continuación, respondemos a algunas de las dudas más comunes que suelen surgir a la hora de firmar o gestionar un contrato de prestación de servicios:

¿Puedo cancelar un contrato de servicios antes de tiempo?

Depende de lo pactado. Muchos contratos incluyen cláusulas de rescisión anticipada. En caso de no incluirlas, es un acuerdo en el que hay un compromiso a finalizar un servicio en un tiempo determinado, por lo que no se debería cancelar antes de tiempo. Habría que valorar cada caso individualmente y los motivos específicos por lo que se desea rescindir ese contrato en particular

¿Qué pasa si no me pagan por un servicio prestado?

Esto supone un incumplimiento de lo recogido en el contrato. En ese caso, puedes reclamar el pago por vía amistosa o legal. Contar con un contrato firmado te dará respaldo a la hora de exigir el cobro, incluso judicialmente si fuera necesario.

¿Es obligatorio firmar un contrato de servicios por escrito?

Realmente no es obligatorio, pero si es muy recomendable. Los contratos verbales son muy difíciles de demostrar en caso de litigios o incumplimientos y un contrato escrito es un modo eficaz de proteger a todas las partes.

¿Necesito un abogado para redactar un contrato de servicios?  

No es imprescindible, pero dependiendo del alcance del servicio o del importe involucrado, puede ser muy conveniente contar con asesoramiento legal. Un experto puede ayudarte a incluir cláusulas clave y evitar posibles vacíos legales.

¿Cómo afecta el RGPD a los contratos de servicios?

Si el servicio implica el tratamiento de datos personales, es obligatorio incluir cláusulas específicas de protección de datos conforme al Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Esto es especialmente importante si el proveedor tiene acceso a datos de clientes, empleados u otros terceros.

Conclusión

Los contratos de prestación de servicios son herramientas fundamentales para establecer con claridad los términos y condiciones entre dos partes. Formalizar este tipo de contrato no solo aporta seguridad jurídica, sino que también evita malentendidos y facilita la resolución de cualquier caso de incumplimiento.

Y una vez firmado, no olvides que su gestión es igual de importante. Con un buen sistema de gestión documental, como el que ofrece DocuWare, puedes automatizar el control de renovaciones, almacenar de forma segura todos los servicios prestados y tener siempre a mano los contratos activos. Más control, menos riesgos. Si quieres conocer más sobre nuestro software de gestión documental ¡Contáctanos!

 

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